Volvo celebró las 500.000 unidades producidas en la planta de Curitiba y destaca su papel estratégico en la región
La planta de Volvo en Curitiba (Brasil) festejó un nuevo capítulo en su extensa historia dentro de la industria automotriz brasileña: la fabricación de la unidad número 500.000. Considerada una de las fábricas más modernas del grupo en todo el mundo, el complejo industrial se consolidó como un polo de referencia en manufactura avanzada gracias a la implementación temprana de tecnologías de Industria 4.0, sistemas de gestión eficientes y un enfoque pionero en manufactura dentro de la compañía.


PARIS, FRANCE – AUGUST 7: Augusto Akio during the Men’s Park Final on day twelve of the Olympic Games Paris 2024 at Place de la Concorde on August 7, 2024 in Paris, France. (Photo by Rodolfo Buhrer/Eurasia Sport Images/Getty Images)
A lo largo de más de cuatro décadas, la unidad paranaense acumuló una serie de hitos tecnológicos que marcaron la industria regional. Allí nacieron el primer chasis de autobús articulado producido en serie en el mundo (1992), los primeros camiones fabricados en Brasil con motores electrónicos (1996) y la línea Volvo VM (2003), que permitió a la marca expandirse al segmento de semipesados. Más recientemente, en 2017, la planta desarrolló los primeros camiones autónomos del país, reforzando su rol como laboratorio de innovación.
Este impulso innovador continúa con el lanzamiento de la gama 2026 del FH, que incorpora nuevas funciones de inteligencia artificial junto con mejoras en seguridad y rendimiento. En el segmento de buses, la planta ya produce el chasis 100% eléctrico BZRT -en configuración articulada o biarticulada- que se exporta a diversos mercados globales y representa el avance de Volvo hacia el transporte de pasajeros sin emisiones.
La sustentabilidad es otro de los pilares del complejo industrial. Toda la energía utilizada procede de fuentes renovables y, desde 2008, la iniciativa “Vertedero Cero” garantiza que todos los residuos se gestionen mediante procesos de economía circular. La incorporación de camiones eléctricos en la logística interna permite evitar la emisión de 738 toneladas de CO2 anuales, mientras que el uso del Diésel Verde R5 para el repostaje inicial reduce otras 400 toneladas adicionales. En los últimos años, la planta logró disminuir en un 30 % las emisiones por vehículo producido, reafirmando su compromiso con un futuro más limpio para la industria pesada.








